Primero de todo me gustaría darte la bienvenida y agradecerte que visites este blog, el cual es un viejo proyecto que siempre he tenido en mente y tanto tiempo me ha costado llevar a cabo.
La idea de escribir un blog de viajes realmente empezó en mi viaje a Japón de 2009, y aunque desde entonces he tenido la idea revoloteando mi cabeza, no ha sido hasta el día de hoy que no he encontrado el momento idóneo.
Este blog nace con la idea de ayudar a todos los viajeros independientes que como yo, piensan que un viaje empieza mucho antes de subirse a un avión. Gracias a muchos viajeros que me han ayudado sin saberlo a preparar mis viajes con sus diarios y sus comentarios en foros de viajes, he podido conocer lugares increíbles mucho antes de llegar a ellos, y desde este rincón me gustaría agradecerles toda su ayuda y aportar mi granito de arena para todo aquel viajero que lo necesite.
Este blog nace con la idea de ayudar a todos los viajeros independientes que como yo, piensan que un viaje empieza mucho antes de subirse a un avión. Gracias a muchos viajeros que me han ayudado sin saberlo a preparar mis viajes con sus diarios y sus comentarios en foros de viajes, he podido conocer lugares increíbles mucho antes de llegar a ellos, y desde este rincón me gustaría agradecerles toda su ayuda y aportar mi granito de arena para todo aquel viajero que lo necesite.
La idea de llamar al blog "El blog de Jizô", surge precisamente de ese viaje a Japón, donde conocí la figura de Jizô. Según la creencia Japonesa, Jizô es el encaragado de proteger las almas de los niños que mueren antes de nacer o que mueren siendo muy pequeños, los conocidos como "mizuko", o niños de agua. Según la creencia, los niños són enviados al río Sai-no-Kawara (cauce seco del río de las sombras), dónde juegan con Jizô construyendo torres de piedras por todo el cauce del río. Estas construcciones les ayudan a protegerse de los "oni" o espiritus malignos. Estos oni, en ocasiones consiguen derribar sus torres de piedra, asustando a los mizuko, quienes asustados buscan protección en Jizô, quien les esconde bajo sus mangas y espanta a los oni de ojos rojos. Cuando los oni asustan a los niños, Jizô siempre seca sus lágrimas y hace que regresen a sus juegos infantiles.
Además de proteger a los mizuko, Jizô también protege a los bomberos y a los viajeros.
Jizô es muy querido por los japoneses, y es muy frecuente ver cientos de ellos mientras recorres algún camino o sendero por las montañas o cementerios de Japón, muchas veces vestidos con gorros de lana o baberos, que las madres llevan para que Jizô protega a sus pequeños.
Desde el primer momento que conocí su historia me atrapó, y desde entonces supe que si algún día me embarcaba en este proyecto, Jizô sería mi compañero de viaje.
Gracias por dedicar tú tiempo a leer este blog y espero que te sea de mucha ayuda.Buen viaje.
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