jueves, 3 de octubre de 2013

Día 11 – Parque Nacional de Tsitsikamma (Storms River Mouth)

Hoy era nuestro primer día en la Garden Route, y como primera visita teníamos uno de los platos fuertes de la zona, el Parque Nacional de Tsitsikamma, y más concretamente teníamos pensado visitar Storms River Mouth. Tsitsikamma significa “lugar de abundante agua”, y comprende una franja de terreno de 80 km que delimita al norte con las montañas de Tsitsikamma y al sur con el Océano Índico. En él podemos encontrar profundas gargantas que forman los ríos en su desembocadura al mar, y además es famoso por varios trekkings de diferentes niveles que podemos realizar en él.
Nosotros teníamos pensado realizar un par de trekkings, los famosos puentes colgantes (Suspension Bridge) y su famosa cascada (Waterfall Trail). El primero de ellos, Suspension Bridge, se trata de unos puentes colgantes que están suspendidos en la desembocadura del río Storms en el Océano Índico. 


Más que trekking yo lo llamaría paseo, ya que la distancia del parking hasta los puentes es de 1 km, siendo un bonito paseo al alcance de cualquier persona. Una vez se visitan los puentes, se puede subir a la montaña que queda al otro lado del río, desde la cual se obtienen unas bonitas vistas de la zona. Nuestra segunda visita del día sería Waterfall Trail, y esto sí que ya lo considero un trekking en toda regla, ya que aunque la distancia no es larga, 6’5 kilómetros según cartel, el camino transcurre entre las rocas, lo cual ralentiza bastante la marcha y hace que uno tenga que estar bien atento donde pone los pies.
Además de estos dos trekkings, en la zona podemos encontrar varios más muy populares, entre los que destacan The Dolphin Trail (17 km) y el  Otter Trail (42’5 km), este último quizás el más famoso de la zona. Se trata de un trekking que se realiza en varios días y que está del todo preparado, ya que el propio parque nacional facilita todo tipo de necesidades que uno pueda necesitar si está interesado en realizarlo (si alguien está interesado, puede encontrar más información pinchando aquí).
Teníamos pensado pasar todo el día en Storms River Mouth, así que después de desayunar en nuestro backpacker, nos pusimos en marcha hacia el parque, y en diez minutos llegamos a su entrada. Tras pagar la entrada (55 Zar por persona, mapa incluido), nos fuimos directamente al parking más alejado del parque desde donde salía el camino hacia The Mouth Trail (los puentes colgantes). En la zona del parking encontramos una oficina de información, así que fuimos a preguntar por los trekkings que teníamos pensados y nos recomendaron empezar por los puentes y dejar para después el Waterfall Trail. Dicho y hecho, salimos de la oficina y tras coger nuestras mochilas, nos pusimos en marcha hacia los puentes colgantes. Simplemente con lo poco que habíamos visto hasta ahora ya se dejaba entrever que la zona era una auténtica maravilla, ya que desde el mismo parking se podía ver los enormes acantilados y parte de la boca del río desembocando en el océano, mientras las olas rompían con fuerza en su orilla, dando al lugar un aire salvaje que empezaba a dejarme sin palabras.


Tras enfilar las pasarelas de madera que encontramos en el parking, nos adentramos en un pequeño bosque, el cual tras un kilómetro, nos llevó directamente a las primeras vistas de los puentes. Ante nosotros teníamos unas vistas privilegiadas del río Storms desembocando en el océano y de nuevo la belleza del lugar me volvía a dejar sin palabras. Aún teniendo marea baja, la fuerza del mar se dejaba ver en forma de olas rompiendo contra las enormes rocas afiladas como agujas. Bajamos hacia los puentes y nos encaminamos hacia el puente que cruza el río. En realidad solo hay dos puentes, pero no cabe duda que el lugar es impresionante.



Lo cruzamos y nos fuimos directamente hacia la montaña de enfrente, la cual se puede subir por un camino algo escondido que se encuentra a la izquierda de la pequeña playa que encontramos justo pasar el puente. Tras unos quince minutos de subida, de nuevo nos encontrábamos ante unas vistas impresionantes de la zona. 


Llegamos a un mirador de madera desde el cual teníamos unas vistas privilegiadas del Océano Índico y parte del Parque Nacional de Tsitsikamma. Este es un buen punto para divisar ballenas y delfines, aunque nosotros no tuvimos suerte. 


Tras un buen rato deleitándonos con las vistas, decidimos regresar hacia el parking, esta vez recorriendo los dos puentes, donde un grupo de nutrias (la zona está llena de ellas) vigilaban expectantes todos nuestros movimientos.  


Una vez llegamos al parking, nos fuimos directos hacia nuestro siguiente destino, Waterfall Trail. Buscamos el parking de Oceanettes, y una vez allí, dejamos aparcado nuestro coche y nos pusimos en marcha. Antes de empezar el camino, encontramos una señal que recomendaba no empezar el camino más tarde de las 15:00 h y avisaba de que no era un camino fácil. No teníamos problema por la hora, ya que era temprano, así que empezamos la ruta adentrándonos en un pequeño bosque, mientras a nuestra izquierda teníamos el océano rompiendo con fuerza en las rocas. 


Una vez pasamos el tramo de bosque, bajamos hacia las rocas y empezamos a caminar entre ellas. El camino está en todo momento marcado por unas huellas amarillas que hacen muy fácil seguirlo. La verdad que caminar entre las rocas con las olas rompiendo con tanta fuerza en ellas hace del camino una ruta muy atractiva, pero hay que tener mucho cuidado en él, ya que es fácil pisar mal y hacerse daño. 



Aunque no sea una distancia muy larga, el tener que estar tan pendiente de donde se pisa hace perder bastante tiempo, así que llegar hasta la cascada nos llevó hora y media más o menos. Aún siendo un camino entre rocas, sin prisa y con cuidado es un camino que puede hacer cualquier persona sin ningún problema. El lugar es muy agradable, y tras cuantas fotos a la cascada, decidimos comer allí sentados en las rocas con un telón de fondo inmejorable. 


A nuestra espalda, una bonita cascada que desembocaba en pleno Océano Índico, enfrente, olas rompiendo con fuerza entre afiladas rocas que nos protegían y a la vez nos permitían disfrutar del espectáculo. ¿Alguien puede imaginar un restaurante mejor?


Tras un buen rato disfrutando del lugar, nos pusimos en marcha por el mismo sitio que habíamos vuelto, pero más o menos a la mitad del camino, nos encontramos con un camino que salía a nuestra izquierda y que se adentraba en la montaña, así que decidimos seguirlo, ya que estábamos cansados de tanta piedra. 


El camino transcurría por un agradable bosque, y tras una corta pero fuerte subida, llegamos a la puerta de entrada del parque, así que una vez arriba, seguimos la carretera hasta nuestro parking.


Durante todo el día en Tsitsikamma no había dejado de mirar el mar en busca de ballenas y delfines, ya que en la zona es fácil divisarlos, pero la suerte no nos había acompañado. Ya de vuelta al coche y resignado que me iba a marchar del parque sin poder ver nada, me dio por mirar por enésima vez hacia el mar, y de repente vi un chorro de agua salir con fuerza de él. No podía creer lo que estaba pasando, era una ballena!!!!! Tras estar un buen rato viendo como iba saliendo de vez en cuando, nos dimos cuenta que no era una, sino que eran varias….estábamos de suerte!!!! 



Pero sin duda lo mejor estaba por llegar, ya que mientras observábamos como jugaban dejando ver sus aletas y parte de su lomo, de repente una ola bastante grande empezó a romper, creando un tubo de un azul turquesa en el que se podía ver perfectamente la silueta de varios delfines jugando en ella. Una imagen que no podré olvidar.


Estuvimos un buen rato disfrutando de ellos, ya que aunque estaban lejos, se podían ver a simple vista perfectamente, hasta que finalmente nuestros amigos decidieron seguir su camino mar adentro.
Tras un día inolvidable en Storms River Mouth, no podía marcharme del lugar sin dar un último vistazo a los puentes colgantes, así que tras el espectáculo de las ballenas y los delfines, nos fuimos de nuevo al parking de The Mouth Trail, y tras dejar el coche aparcado, nos fuimos de nuevo por las pasarelas de madera hacia los puentes. 



A estas horas del día, la marea había subido mucho y las olas rompían aún con más fuerza sobre las rocas, llegando a superar la altura de los puentes en varios metros. De nuevo teníamos ante nosotros una imagen inolvidable. Tras volver a hacer un montón de fotos, dábamos por concluido nuestro día en el parque. Me marchaba de Storms River Mouth con la sensación de ser del todo imposible mejorar un  lugar como aquel, pero por suerte Sudáfrica aún guardaba algunos rincones que me hicieron volver a pensar esto mismo varias veces. 
Mientras regresábamos hacia nuestro backpacker, de nuevo Sudáfrica nos regalaba una puesta de sol de ensueño......Imposible olvidar esos cielos.






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