Nuestro primer día en suelo chino era ya un recuerdo lejano, y muy a mi pesar,
nuestro viaje por territorio chino podíamos decir que terminaba hoy, ya que nuestro
siguiente destino, Hong Kong, tras el fin de su soberanía británica, pasó a
China como región administrativa especial, así que aunque actualmente Hong Kong
pertenezca a China, no se puede considerar como estado chino, algo de lo que
uno es muy consciente nada más pisar su suelo, aunque sobre Hong Kong y sus
particularidades prefiero hablar cuando hayamos cruzado su frontera.
Como despedida final, teníamos pensado pasar el día en Yangshuo, ya que nuestro bus hacia Hong Kong salía desde aquí por la noche. Nuestra intención era visitar la famosa Moon Hill, aunque las previsiones meteorológicas nos hacían temer lo peor. Madrugamos para tomar el primer bus dirección Yangshuo, y sobre las siete de la mañana estábamos en la estación, así que subimos al bus, y esta vez por el mismo recorrido Xingping-Yangshuo del día anterior, nos cobraron 7¥, así que tres veces que tomamos el mismo bus, Xingping-Yangshuo, tres veces que nos cobraron cosas distintas, 7,9 y 10¥, imposible entenderlo. Llevaba desde el día anterior lloviendo bastante fuerte, y además no había parado en toda la noche, así que cruzando los dedos para que el día nos diese algo de tregua para poder visitar la zona de Yangshuo, llegamos a la ciudad a eso de las 9:00 h.
Lejos de mejorar, el día cada vez iba a peor, con una lluvia intensa que no dejaba de caer, y lo peor de todo, una niebla que no dejaba ver ni las propias montañas que rodean la ciudad de Yangshuo. Al llegar a primera hora de la mañana, teníamos margen de sobra para esperar con cierta esperanza, un mínimo cambio en el tiempo que nos permitiese alquilar unas bicis y salir hacia Moon Hill, ya que nos habían comentado en el hostel que había unas dos horas ida y vuelta, así que fuimos a dar una vuelta por la ciudad. Mientras paseábamos por la ciudad, pudimos ver algún mensaje poco amigable dirigido al gobierno japonés, ya que por estos días, el conflicto entre China y Japón por la soberanía de varias islas estaba en pleno estallido, aunque por suerte no fueron más que algunas pancartas con mensajes en contra del gobierno Japonés. Estuvimos paseando toda la mañana, así que como cada vez veíamos más complicada la excursión a Moon Hill, al menos durante las siguientes horas, decidimos buscar algún sitio para comer en el pueblo. Bastante cansados de la comida china en general, nos fuimos a comer a un restaurante japonés que encontramos al principio de la calle principal, West Street (aún sabiendo del conflicto no pudimos resistirnos, y acertamos en nuestra elección). Después de comer, el tiempo empeoró todavía más, así que comenzó a caer un auténtico diluvio sobre Yangshuo, lo que nos hizo descartar del todo nuestra visita a Moon Hill (siempre hay que dejarse algo para un próximo viaje) y regresar a nuestro hostel para esperar en él cobijados hasta la hora de salida de nuestro bus.
Nuestro bus-cama hacia Shenzen salía de la estación de Yangshuo a las 21:30h, así que sobre las 20:50h, nos vino a recoger una chica en una furgoneta, todo un detalle. Antes de preparar el viaje, nunca había oído hablar de los buses-cama, así que para nuestro último desplazamiento largo, viajábamos en algo totalmente nuevo para mí. La verdad que me sorprendió gratamente, ya que aunque como es lógico no es una cama de hotel, las nueve horas que duró el viaje se hicieron bastante llevaderas.
Como despedida final, teníamos pensado pasar el día en Yangshuo, ya que nuestro bus hacia Hong Kong salía desde aquí por la noche. Nuestra intención era visitar la famosa Moon Hill, aunque las previsiones meteorológicas nos hacían temer lo peor. Madrugamos para tomar el primer bus dirección Yangshuo, y sobre las siete de la mañana estábamos en la estación, así que subimos al bus, y esta vez por el mismo recorrido Xingping-Yangshuo del día anterior, nos cobraron 7¥, así que tres veces que tomamos el mismo bus, Xingping-Yangshuo, tres veces que nos cobraron cosas distintas, 7,9 y 10¥, imposible entenderlo. Llevaba desde el día anterior lloviendo bastante fuerte, y además no había parado en toda la noche, así que cruzando los dedos para que el día nos diese algo de tregua para poder visitar la zona de Yangshuo, llegamos a la ciudad a eso de las 9:00 h.
Lejos de mejorar, el día cada vez iba a peor, con una lluvia intensa que no dejaba de caer, y lo peor de todo, una niebla que no dejaba ver ni las propias montañas que rodean la ciudad de Yangshuo. Al llegar a primera hora de la mañana, teníamos margen de sobra para esperar con cierta esperanza, un mínimo cambio en el tiempo que nos permitiese alquilar unas bicis y salir hacia Moon Hill, ya que nos habían comentado en el hostel que había unas dos horas ida y vuelta, así que fuimos a dar una vuelta por la ciudad. Mientras paseábamos por la ciudad, pudimos ver algún mensaje poco amigable dirigido al gobierno japonés, ya que por estos días, el conflicto entre China y Japón por la soberanía de varias islas estaba en pleno estallido, aunque por suerte no fueron más que algunas pancartas con mensajes en contra del gobierno Japonés. Estuvimos paseando toda la mañana, así que como cada vez veíamos más complicada la excursión a Moon Hill, al menos durante las siguientes horas, decidimos buscar algún sitio para comer en el pueblo. Bastante cansados de la comida china en general, nos fuimos a comer a un restaurante japonés que encontramos al principio de la calle principal, West Street (aún sabiendo del conflicto no pudimos resistirnos, y acertamos en nuestra elección). Después de comer, el tiempo empeoró todavía más, así que comenzó a caer un auténtico diluvio sobre Yangshuo, lo que nos hizo descartar del todo nuestra visita a Moon Hill (siempre hay que dejarse algo para un próximo viaje) y regresar a nuestro hostel para esperar en él cobijados hasta la hora de salida de nuestro bus.
Nuestro bus-cama hacia Shenzen salía de la estación de Yangshuo a las 21:30h, así que sobre las 20:50h, nos vino a recoger una chica en una furgoneta, todo un detalle. Antes de preparar el viaje, nunca había oído hablar de los buses-cama, así que para nuestro último desplazamiento largo, viajábamos en algo totalmente nuevo para mí. La verdad que me sorprendió gratamente, ya que aunque como es lógico no es una cama de hotel, las nueve horas que duró el viaje se hicieron bastante llevaderas.
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