miércoles, 18 de septiembre de 2013

Día 5 – Parque Nacional Kruger

El día de hoy lo teníamos en exclusiva para recorrer una parte (mínima) del parque Kruger. Realmente era nuestro único día entero dedicado al parque, así que teníamos intención de aprovecharlo al máximo. La noche anterior un compañero de safari del Sunset Drive me estuvo hablando de una zona del parque llamada Lake Panic, muy cerca de nuestro campamento. Me recomendó llegar allí antes de las 6:30 h, ya que a esa hora salía el sol, y aquel era uno de los mejores lugares para verlo. Con esa recomendación, a las 6:00 h estábamos puntuales esperando a que abriesen las puertas del campamento, y en quince minutos estábamos aparcando en un parking habilitado en la zona. Para llegar hasta el lago, debíamos bajar de nuestro vehículo y acceder a un pasillo habilitado el cual nos lleva hasta un mirador de madera desde donde se obtienen unas vistas del lago realmente espectaculares. Tal y como me había dicho mi compañero el día anterior, a las 6:30 h el sol comenzó a aparecer tímidamente, dando lugar a un amanecer de postal. 


Al parecer Lake Panic es un buen sitio para ver muchos animales, aunque nosotros solo vimos un grupo de hipopótamos, un cocodrilo y varios tipos de aves. El lugar en sí es una pasada y merece mucho la pena madrugar para ver el amanecer desde él. 


Una vez el sol se puso, nos decidimos a abandonar el lugar y poner rumbo a nuestro siguiente destino, el campamento de Lower Sabie, a unos cuarenta kilómetros de Lake Panic. Mi idea antes de llegar a Kruger era pasar una noche en Skukuza y otra en Lower Sabie, pero el campamento es bastante más pequeño que Skukuza y es más complicado encontrar alojamiento. La carretera que une los dos campamentos es un buen sitio para ver animales, así que decidimos irnos tranquilamente hacia Lower Sabie. La velocidad en Kruger está limitada a 40-50 km/h y son bastante estrictos en ese sentido, así que llegar hasta allí nos llevó unas tres horas. Mientras se circula por la carretera van apareciendo muchos desvíos que se adentran en zonas más interiores del parque. Nosotros nos desviamos en muchos de ellos, ya que todos empiezan y acaban en la carretera principal, pero a parte de muchas gacelas impalas y algún kudú, no vimos nada de nada. Una vez llegamos de nuevo a la carretera principal, un grupo de monos bastante numeroso se había apoderado de ella, obligándonos a parar y esperar a que nos dejaran pasar. 


Una vez pudimos seguir nuestra marcha, encontramos a un par de búfalos y justo antes de llegar al campamento de Lower Sabie, encontramos un pequeño lago donde vimos muchos hipopótamos y cocodrilos enormes. 




Tras una visita rápida al campamento (me gustó mucho, pequeño pero muy acogedor), nos pusimos de nuevo en marcha sin destino fijo. Entramos de nuevo a la carretera principal y vimos las indicaciones de un área de descanso a 14 kilómetros, Mondozi, así que nos fuimos hacia allí. El camino transcurre por una carretera de tierra y el paisaje pasa a ser una inmensa llanura sin tanto arbusto (cosa que se agradece mucho), aunque de nuevo la suerte no estaba de nuestro lado y salvo algún elefante medio escondido, no encontramos ni rastro de animales.



Tras una parada en Mondozi para estirar las piernas, emprendimos el camino de regreso por la misma carretera que habíamos venido, y esta vez, una familia de pumbas nos alegraron la vista. 


Para regresar a Skukuza decidimos regresar por Salitje, una carretera de tierra donde nos encontramos varias cebras y una manada de elefantes. 



Seguíamos sin tener mucha suerte, ya que de los Big Five, tan solo habíamos visto elefantes y búfalos, pero ni rastro de rinocerontes, leones ni leopardos. Mientras regresábamos, un grupo de búfalos y un par de jirafas se cruzaban de nuevo en nuestro camino.




Una vez llegamos a Skukuza, nos fuimos directos a nuestra siguiente actividad, un Walk Afternoon. Se trata de un safari a pie que se realiza en compañía de dos rangers del parque, los cuales dirigen y escoltan a un grupo reducido de personas (8 en concreto) a través de varios caminos en busca de animales. 


Mientras se recorren los caminos, los rangers van explicando las diferentes huellas que nos vamos encontrando por el camino, te van dando información sobre la vegetación, el terreno, donde podemos encontrar agua, que plantas son comestibles, incluso de los excrementos de los animales, toda una lección de supervivencia. La actividad es muy recomendable, ya que la experiencia de ir caminando en busca de los big five a través de los arbustos y con la presencia de los rangers es muy auténtica, pero de nuevo la mala suerte nos perseguía, ya que tras dos horas de safari no conseguimos ver ni un solo animal.


Mientras volvíamos a nuestro campamento encontramos una hiena en medio de la carretera, pero el sentimiento de decepción era bastante grande. 


Resignados dimos por concluido nuestro único día completo en Kruger, esperanzados a que en nuestra última actividad en el parque, el Sunrise Drive que nos quedaba para la mañana siguiente, la suerte se pusiera de nuestra parte y pudiésemos ver algún animal más.  


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