El día de hoy lo teníamos en
exclusiva para recorrer una parte (mínima) del parque Kruger. Realmente era
nuestro único día entero dedicado al parque, así que teníamos intención de
aprovecharlo al máximo. La noche anterior un compañero de safari del Sunset
Drive me estuvo hablando de una zona del parque llamada Lake Panic, muy cerca
de nuestro campamento. Me recomendó llegar allí antes de las 6:30 h, ya que a
esa hora salía el sol, y aquel era uno de los mejores lugares para verlo. Con
esa recomendación, a las 6:00 h estábamos puntuales esperando a que abriesen
las puertas del campamento, y en quince minutos estábamos aparcando en un
parking habilitado en la zona. Para llegar hasta el lago, debíamos bajar de
nuestro vehículo y acceder a un pasillo habilitado el cual nos lleva hasta un
mirador de madera desde donde se obtienen unas vistas del lago realmente
espectaculares. Tal y como me había dicho mi compañero el día anterior, a las
6:30 h el sol comenzó a aparecer tímidamente, dando lugar a un amanecer de
postal.
Al parecer Lake Panic es un buen sitio para ver muchos animales, aunque
nosotros solo vimos un grupo de hipopótamos, un cocodrilo y varios tipos de
aves. El lugar en sí es una pasada y merece mucho la pena madrugar para ver el
amanecer desde él.
Una vez el sol se puso, nos decidimos a abandonar el lugar y
poner rumbo a nuestro siguiente destino, el campamento de Lower Sabie, a unos
cuarenta kilómetros de Lake Panic. Mi idea antes de llegar a Kruger era pasar
una noche en Skukuza y otra en Lower Sabie, pero el campamento es bastante más
pequeño que Skukuza y es más complicado encontrar alojamiento. La carretera que
une los dos campamentos es un buen sitio para ver animales, así que decidimos
irnos tranquilamente hacia Lower Sabie. La velocidad en Kruger está limitada a
40-50 km/h
y son bastante estrictos en ese sentido, así que llegar hasta allí nos llevó
unas tres horas. Mientras se circula por la carretera van apareciendo muchos
desvíos que se adentran en zonas más interiores del parque. Nosotros nos
desviamos en muchos de ellos, ya que todos empiezan y acaban en la carretera
principal, pero a parte de muchas gacelas impalas y algún kudú, no vimos nada
de nada. Una vez llegamos de nuevo a la carretera principal, un grupo de monos
bastante numeroso se había apoderado de ella, obligándonos a parar y esperar a
que nos dejaran pasar.
Una vez pudimos seguir nuestra marcha, encontramos a un
par de búfalos y justo antes de llegar al campamento de Lower Sabie,
encontramos un pequeño lago donde vimos muchos hipopótamos y cocodrilos
enormes.
Tras una visita rápida al campamento (me gustó mucho, pequeño pero muy
acogedor), nos pusimos de nuevo en marcha sin destino fijo. Entramos de nuevo a
la carretera principal y vimos las indicaciones de un área de descanso a 14 kilómetros ,
Mondozi, así que nos fuimos hacia allí. El camino transcurre por una carretera
de tierra y el paisaje pasa a ser una inmensa llanura sin tanto arbusto (cosa
que se agradece mucho), aunque de nuevo la suerte no estaba de nuestro lado y
salvo algún elefante medio escondido, no encontramos ni rastro de animales.
Tras una parada en Mondozi para
estirar las piernas, emprendimos el camino de regreso por la misma carretera
que habíamos venido, y esta vez, una familia de pumbas nos alegraron la vista.
Para regresar a Skukuza decidimos regresar por Salitje, una carretera de tierra
donde nos encontramos varias cebras y una manada de elefantes.
Seguíamos sin
tener mucha suerte, ya que de los Big Five, tan solo habíamos visto elefantes y
búfalos, pero ni rastro de rinocerontes, leones ni leopardos. Mientras
regresábamos, un grupo de búfalos y un par de jirafas se cruzaban de nuevo en
nuestro camino.
Una vez llegamos a Skukuza, nos
fuimos directos a nuestra siguiente actividad, un Walk Afternoon. Se trata de
un safari a pie que se realiza en compañía de dos rangers del parque, los
cuales dirigen y escoltan a un grupo reducido de personas (8 en concreto) a
través de varios caminos en busca de animales.
Mientras se recorren los caminos,
los rangers van explicando las diferentes huellas que nos vamos encontrando por
el camino, te van dando información sobre la vegetación, el terreno, donde
podemos encontrar agua, que plantas son comestibles, incluso de los excrementos
de los animales, toda una lección de supervivencia. La actividad es muy
recomendable, ya que la experiencia de ir caminando en busca de los big five a
través de los arbustos y con la presencia de los rangers es muy auténtica, pero
de nuevo la mala suerte nos perseguía, ya que tras dos horas de safari no
conseguimos ver ni un solo animal.
Mientras volvíamos a nuestro
campamento encontramos una hiena en medio de la carretera, pero el sentimiento
de decepción era bastante grande.
Resignados dimos por concluido nuestro único
día completo en Kruger, esperanzados a que en nuestra última actividad en el
parque, el Sunrise Drive que nos quedaba para la mañana siguiente, la suerte se
pusiera de nuestra parte y pudiésemos ver algún animal más.
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