Para el día de hoy teníamos una
de las actividades que más me había atraído de la zona de las Drakensberg
mientras preparaba el viaje, se trataba del trekking a The Amphitheater, en la
zona de Royal Natal. Habíamos elegido el pueblo de Kestell para dormir porque
quedaba bastante cerca de la base de The Amphitheater, a unos 50 kilómetros , así que
nos levantamos bien temprano esperando que el tiempo nos permitiera hacer el
trekking, ya que la zona es muy propensa a la niebla y la lluvia (además del
frío que hace en esta época del año), pero nada más levantarnos, comprobamos
que el día no pintaba nada bien, ya que había amanecido con nubes amenazadoras
y niebla densa. Vera nos había preparado un suculento desayuno a base de
muffins recién hechos por ella, yogurt, leche, tostadas y una variedad de
mermeladas caseras que ella misma prepara con frutas de su huerta. Mientras
desayunábamos, estuvimos sopesando con Vera la idea de ir o no a The
Amphitheater, pero finalmente decidimos seguir con nuestro plan, ya que Vera
nos comentó que en un par de horas el día abriría, así que confiábamos en ella.
Nada más salir de Kestell cogimos la
R 57 y nos fuimos dirección Phuthaditjhaba.
Mientras nos
acercábamos a la zona, el paisaje iba cambiando radicalmente. Poco a poco
íbamos dejando atrás la llanura por la que veníamos e íbamos ganando altura,
íbamos cruzando algún que otro pueblo situado a las faldas de la montaña lleno
de chabolas de uralita donde era imposible encontrar a gente que no fuese de
color. Se podía decir que estábamos en la zona más africana que habíamos
visitado hasta ahora. Tras unos 45 minutos, llegamos a nuestro primer punto de
control, donde tuvimos que dar nuestros datos personales y de nuestro coche y
pagar 40 Zar.
Durante los diferentes trekkings que hicimos por el país, en
prácticamente todos tuvimos que hacer esta operación de dar nuestros datos y
decir que trekking íbamos a realizar. Me pareció algo muy sensato, ya que en
todo momento los vigilantes de la zona saben donde vas a estar y que excursión
vas a realizar. Dejas un número de teléfono de contacto, así si pasa cualquier
cosa, sabes que los guardas tienen constancia de ti (un diez para los parques
nacionales de Sudáfrica). Una vez pasado el primer punto de control, nuestro
siguiente destino era Sentinel Park, el lugar desde donde empezaba nuestra
excursión, así que nos pusimos en marcha por la carretera, la cual ya empezaba
a regalarnos unas vistas espectaculares.
Por delante teníamos unos diez
kilómetros por una carretera que nos habían comentado que estaba en bastante
mal estado, pero una vez pasados unos tres kilómetros, la carretera no es que
estuviese en mal estado, es que realmente era imposible circular por ella. Las
piedras y socavones que nos encontramos eran tan grandes que estuve a punto de
darme la vuelta en dos ocasiones, ya que daba por hecho que era imposible pasar
por allí, pero finalmente pudimos llegar a nuestro destino.
Una vez llegamos a
Sentinel Park, cogimos nuestras mochilas y nos fuimos directamente al refugio
del guarda. Tras hacer de nuevo el papeleo de apuntarse, dar tus datos
personales y volver a pagar 40 Zar por persona, empezamos nuestra subida a The
Amphitheater. Ya sólo las vistas que teníamos desde el parking nos hacían ver
que la excursión de hoy iba a ser especial, y además la suerte estaba de
nuestro lado, ya que para a esta hora del día, las nubes y la niebla habían
desaparecido por completo tal y como nos había asegurado Vera, así que teníamos
por delante una subida que prometía mucho. Partíamos de 2400 metros , la altura
desde donde está situado el parking, y debíamos superar los 3000 metros para llegar
a nuestro destino, así que empezamos a subir tranquilamente por un camino que
salía justo del refugio muy bien marcado que tras un rato andando por él,
empezó a subir en forma de zigzag.
Mientras íbamos ganando altura poco a poco,
las vistas que tenía ante mi me iban dejando sin palabras, hasta que casi sin
darnos cuenta llegamos a unos de los miradores de la zona. Nos desviamos un
poco a nuestra izquierda y llegamos a un mirador desde donde encontramos nuestras
primeras vistas sobre The Amphitheater.
A estas alturas de excursión ya estaba
claro que el lugar era impresionante y que el esfuerzo del trekking estaba más
que recompensado con las vistas que teníamos ante nosotros. Nos pusimos de
nuevo en marcha y tras un rato caminando llegamos a uno de los puntos más
“complicados” del trekking, las escaleras.
Se trata de una pared vertical que
debemos subir mediante unas escaleras ancladas a la pared. Subir por las
escaleras no es difícil, y con el cuidado oportuno se puede hacer
perfectamente, pero gente que sufra de vértigo o no esté muy preparada puede
encontrarlas complicadas para subir, de hecho, mientras subíamos nos encontramos
con un grupo de ingleses que iban con guías de montaña y varias personas del
grupo lo pasaron realmente mal en las escaleras, pero si uno no se ve muy
seguro para subir, hay un camino alternativo que lleva hasta la cima sin tener
que subir por ellas.
Llegar hasta las escaleras nos llevó unas dos horas de
subida, y aunque el trekking no tiene ninguna complicación, la altura en esta
parte del trekking (3000
metros ) comienza a notarse, así que hay que tomárselo
con calma. De hecho nada más subir el primer tramo de escaleras, notaba como me
faltaba el aire y tras subir el segundo tramo, tenía un cansancio fuera de lo
normal, pero tras un par de minutos recuperando, nos pusimos en marcha hacia la
parte final del trekking.
Una vez subimos las escaleras,
nos costó un poco encontrar el camino, ya que no estaba muy bien marcado en
esta zona, así que tras preguntar al grupo de ingleses que nos habíamos
encontrado por el camino, nos invitaron a unirnos a ellos, invitación que
aceptamos encantados. El guía que llevaban nos explicó que ellos iban hasta la
base de Tugela Falls, desde se obtenían las mejores vistas de The Amphitheater,
así que no dudamos ni un segundo en hacer el tramo final de la excursión con
ellos (una gente encantadora).
Una vez nos pusimos en marcha (realmente
era seguir subiendo el tramo donde terminan las escaleras), llegamos a la base
de The Amphitheater.
Para llegar hasta Tugela Falls, nuestro destino final, nos
quedaba un pequeño paseo hasta su base a través de un camino bien marcado
totalmente llano, en el cual nos encontramos a un grupo de monos a lo lejos. Tugela
Falls está considerada la segunda cascada más alta del mundo, con 947 metros de altura,
aunque nosotros la encontramos totalmente seca, ya que hasta noviembre o
diciembre que empieza la época de lluvias suele estar sin agua según nos contó
el guía del grupo de los ingleses.
Una vez llegamos a su base, las vistas que
teníamos ante nosotros son imposibles de explicar.
Estuvimos en su base tomando cientos de fotografías y aprovechamos para comer allí. No se me ocurre ninguna terraza mejor para disfrutar de un apetitoso bocadillo de jamón del país. Después de nuestra suculenta comida, emprendimos nuestro camino de regreso por el mismo sitio que habíamos subido.
Volvimos a bajar por las escaleras, y tras un par de horas, llegamos a
Sentinel Car Park con la sensación de haber realizado un trekking que me
encantó desde el primer momento. La excursión nos llevó unas 5 horas, y con la
debida precaución en el tramo de las escaleras, es una excursión al alcance de
cualquier persona con un mínimo de condición física.
Regresamos de nuevo a Kestell,
donde tras una ducha y una cena caliente, estuvimos preparando nuestra visita
del día siguiente, una visita al país vecino de Lesotho.
Enhorabuena por tu post! Estuve el mes pasado y me encantó! Una experiencia única!
ResponderEliminarEstoy ahora por escribir también sobre ella :)
Hola!!
ResponderEliminarLa verdad que tanto The Amphitheater como toda la zona de las Drakensberg es una pasada. Para mi es una visita imprescindible si se visita Sudáfrica. Te animo a que escribas y compartas tu experiencia, seguro que ayudarás a más de un viajero!!!
Un saludo!!!!