Por fin llegó el día. Hoy comenzaba
oficialmente nuestro trekking al campamento base de Annapurna (ABC), aunque en
realidad el día de hoy lo íbamos a emplear únicamente en desplazarnos hasta
Pokhara, el punto de partida de muchos de los trekkings de la zona.
Quedamos a las 6:30 h con nuestro
guía, Grande, en la puerta de nuestro hotel y nada más salir lo encontramos
esperando puntualmente. Los autocares que realizan el trayecto hacia Pokhara
salen desde una estación que se encuentra muy cerca del barrio de Thamel.
Llegamos andando en menos de diez minutos, y nada más llegar nos encontramos
con un montón de viajeros y autobuses que cubrían diferentes trayectos,
Pokhara, Chitwan.... Al parecer esta era la estación para grandes distancias. Enseguida
encontramos nuestro autocar, el cual salió puntualmente a las 7:00 h. Al
parecer encontrar billetes en estos autobuses es complicado por la gran demanda
de billetes que existe habitualmente, así que es recomendable reservar los
billetes con algún día de antelación, aunque de los nuestros se encargó Grande.
También existe la posibilidad de
realizar el trayecto Kathmandu - Pokhara en avión, ya que hay compañías locales
que realizan vuelos diariamente, así que si no se dispone de mucho tiempo, esta
puede ser una buena alternativa.
El trayecto en autocar es
bastante entretenido, ya que nada más salir de Kathmandu, comenzamos a
encontrar bonitos paisajes en forma de campos de arroz y altas montañas, entre
ellas y muy a lo lejos, nada más y nada menos que el Masnaslu (8.156 mts), la
octava montaña más alta del mundo, ríos, pequeños pueblos y alguna minúscula
ciudad que hacen muy entretenido y bonito el recorrido.
Durante el viaje se
realizan varias paradas, unas para estirar las piernas y otras para comer. Aunque entretenido, el viaje se
hace algo largo y pesado, aunque la recompensa final hace olvidar todo lo
negativo, ya que cuando nos acercamos a Pokhara, el Annapurna II sale a
recibirnos y darnos la bienvenida, acompañándonos hasta la entrada a la ciudad.
Finalmente el trayecto duró siete horas.
El ruido del tráfico y la
muchedumbre de Kathmandu de repente se habían transformado en paz y
tranquilidad en cada rincón de Pokhara. La ciudad nos recibía con su precioso
lago y su montaña Machhapuchhre (cola de pez para nosotros) asomando
tímidamente entre las nubes. Enseguida nos dimos cuenta que aquella ciudad era
un sitio especial.
Cansados por el viaje y yo que
arrastraba problemas de estómago del día anterior, decidimos relajarnos un rato
en la terraza de nuestro hotel, disfrutando de las maravillosas vistas que
teníamos delante nuestro, hasta que aprovechando la caída del sol, nos fuimos a
dar un paseo por la orilla del lago Phewa.
A esta hora de la tarde, el sol
nos regalaba contraluces y paisajes de ensueño. Pescadores en sus pequeñas
barcas, montañas bañadas con los últimos rayos de luz del día.... todo era paz
y calma.
Marchamos a cenar con Grande y a preparar nuestro primer día en la
montaña. Ahora sí que estábamos preparados para nuestra aventura. ABC nos
esperaba.
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