El día de hoy era un día de
transición, ya que nuestro siguiente destino, Dazhai, en las terrazas de
Longji, se encontraba a unos 450 kilómetros de Fenghuang, y para ello,
teníamos que viajar en tren y varios buses, haciendo noche en Tongdao. La
verdad que mientras preparaba el viaje, estuve buscando varias alternativas,
pero finalmente me decidí por esta, porque aunque perdíamos más de un día de
viaje, creo que era la opción más rápida de llegar hasta allí. Las conexiones
de tren y bus eran bastante limitadas, así que no teníamos más remedio que
armarnos de paciencia y esperar que todo saliese bien. Reconozco que este era
el trayecto que más que preocupaba, ya que además de las conexiones, pasábamos
por ciudades nada frecuentadas por turistas como pudimos comprobar, con lo que
la complicación a la hora de moverse era mucho mayor, aunque por suerte todo
salió a la perfección. Por la mañana, nos levantamos temprano en Fenghuang, con
un día de sol radiante, así que decidimos dar un último paseo por la ciudad
antes de comenzar nuestra ruta particular. Fenghuang es una ciudad de día y
otra de noche, como ya he comentado. A las 6:00 h de la mañana, ya se
escuchaban los altavoces de los guías chinos a todo volumen desde nuestras habitaciones,
ya que al parecer, esa semana era fiesta en China, y la ciudad estaba
literalmente llena de turistas chinos.
Volvimos a perdernos por sus calles, y
aunque era bastante temprano, el ritmo de la ciudad volvía a ser vibrante.
Muchos de sus habitantes, se agolpaban en la orilla del río, mientras los
turistas comenzaban a subir en sus góndolas dispuestos a recorrer la ciudad
desde el agua.
Este paseo matutino me sirvió sin duda para enamorarme del todo
(si es que ya no lo estaba) de esta ciudad. Después de nuestro paseo, decidimos
despedirnos de esta maravilla de ciudad, a la que espero volver algún día, y
nos pusimos manos a la obra.
Nuestro plan de ruta era Fenghuang-Huaihua en bus,
Huiahua-Tongdao en tren, pasando noche, a la mañana siguiente, seguiríamos con
nuestro trayecto, Tongdao-Sangjiang en bus, Sangjiang-Longsheng en bus otra
vez, y ya por último, Longsheng-Dazhai otra vez en bus. Como digo, la teoría la
tenía muy clara, la práctica ya no tanto. Para realizar este trayecto, disponía
de mi libreta mágica, así que con estas cuatro frases, debíamos recorrer más de
450 kilómetros
en tren y bus, todo un reto.
Nuestro primer destino era Huaihua, así que nos fuimos directos a la estación de bus de Fenghuang, donde enseguida encontramos el bus que nos llevaría hasta allí. El trayecto en bus (38¥) dura unas tres horas, pero nosotros tardamos dos horas y cuarto, ya que topamos con un conductor que sin duda en estos momentos debería de estar cumpliendo condena por intento de homicidio. En una carretera de montaña más que estrecha, donde la recta más larga no tenía más de 50 metros, no sólo adelantaba a motos y turismos, sino a cualquiera que se le pusiese por delante, incluido camiones y autocares. Con decir que hasta los propios chinos que viajaban con nosotros, que se supone que están acostumbrados a la manera de conducir en China, suspiraban cada vez que hacía alguna maniobra de adelantamiento. Después de un viaje más que entretenido, llegamos a lo que suponíamos que debía ser Huiahua. Nada más entrar en la ciudad, el conductor para el autobús, y tras decir unas palabras en chino, lo cual nosotros evidentemente no entendimos, nos hace bajar. Tras no saber donde estábamos realmente, una chica y su novio que viajaban con nosotros nos preguntan que hacia donde íbamos, y al enseñarle mi libreta y el mensaje “necesitamos comprar dos billetes de tren de Huiahua a Tongdao”, le digo que queremos ir a la estación de tren de Huiahua. A partir de aquí, realmente no sé muy bien que pasó porque todo fue muy deprisa, pero por un momento me sentía protagonista de Pekín Express. La chica comienza a decirme que en tren no, que en coche es más rápido. “¿Coche?, coche no, tren. Queremos ir en tren a Tongdao” a lo que la chica vuelve a insistir en que en coche es más rápido. Como la comunicación empezaba a ser bastante complicada, la chica saca su móvil y en un traductor chino-inglés me escribe la frase, “car will be faster” (en coche será más rápido). A mi pregunta, “¿Coche?, coche no, tren”, vuelve a insistir en el mensaje, a lo que acto seguido, para un taxi y tras abrir sus puertas y maletero, nos dice que subamos a él. Yo no entendía nada, y volvía a insistir, “tren, queremos ir a Tongdao en tren” a lo que la chica volvía a escribir en su móvil, “car will be faster”. Sin darnos cuenta, de repente nos vimos montados en el taxi junto a la chica y su novio, en medio de una conversación que no avanzaba, y por más que le repetía “estación de tren, queremos ir a Tongdao”, la única contestación que obtenía era “car will be faster”. “Rápido, rápido a dónde, yo quiero ir a Tongado”, no entendía nada, así que tras dejar nuestro destino en manos de una chica y su novio que iba dando instrucciones al taxista, de repente nos para en una plaza grande y el novio nos señala unas escaleras para subir. Una vez parados, nos dice que bajemos, y tras volver a señalar las escaleras, nos damos cuenta que era la estación de tren!!!! “¿Train station? Yes, train station”. Nos habían llevado en taxi hasta la puerta de la estación de tren!!!! No podía creerlo!!!!! Después de darles mil veces las gracias (nunca dejaré de agradecer toda la ayuda que nos ofrecieron durante todo el viaje), nos despedimos de la pareja, ya que ellos continuaban su marcha con el mismo taxi, y nos fuimos directos a las taquillas de la estación a comprar los billetes de tren. Nuestro tren Huiahua-Tongdao (21¥) no salía hasta las 21:23 h, así que dejamos las mochilas en la consigna de al lado de la estación (10¥ por mochila) y aprovechamos para ir a cambiar moneda al Bank of China que había en frente de la estación. Después de comer algo por la zona, nos fuimos a visitar los alrededores de la estación, aunque no había mucho que ver, tiendas y más tiendas, nada especial. A las 21:23 h, nuestro tren salió puntual. Nuestro último viaje en tren duraba dos horas y media, y aunque el trayecto era corto, el viaje se me hizo eterno, que incómodo es viajar en los trenes chinos!!! Mucha gente viaja de pie, esperando que algún sitio quede libre para poder sentarse, y muchos de ellos se sientan en los asientos, así que es frecuente encontrar gente sentada en tu asiento, aunque con enseñar el billete no hay problema. El viaje en tren de por sí ya es toda una experiencia, con infinidad de gente paseando de vagón en vagón, fumando, vendiendo todo tipo de comida y artilugios inútiles, gente comiendo todo tipo de comida preparada….se podría decir que el tren en sí es un micro mundo paralelo. A las 23:59 h, llegamos a Tongdao. Ni que decir tiene que éramos los únicos occidentales del tren, y por supuesto los únicos en Tongdao. Nada más bajar, la primera frase que me vino a la cabeza fue….”¿Donde coño estamos?”. Una montaña enorme de boñiga de vaca nos daba la bienvenida, mientras la gente corría para ponerse delante nuestro para ver a los occidentales. La estación en sí no existía, ya que nada más bajarte del tren, te encontrabas andando por las vías dirección a la salida de esta, mientras unas casas que parecían de adobe, te hacían sentirte protagonista de cualquier película de los años sesenta. Nada más salir de la estación, montones de personas esperaban al resto de pasajeros del tren, mientras conductores de furgonetas gritaban el nombre de sus trayectos, esperando llenarse para marchar cada uno a su respectivo destino. Una vez conseguimos salir de todo el follón, nos fuimos a buscar alojamiento, ya que aunque alguno de los conductores nos habían ofrecido llevarnos a Sanjiang, nuestro siguiente punto de paso, no me fiaba de ellos, ya que en mis notas tenía que los buses solo salían por la mañana. No nos costó mucho encontrar alojamiento, ya que una señora salió en busca nuestra, y tras enseñarnos la habitación, decidimos no buscar más, ya que nos pareció que estaba bastante bien por su precio (60¥). Intentamos preguntar a la dueña del hotel los horarios hacia Sanjiang, y después de estar más de 25 minutos de reloj preguntando donde salía el bus hacia Sanjiang y sus horarios, finalmente conseguimos entender que los buses salían un poco más abajo de la estación de tren, de 8:00 a 9:00 h. Que difícil es hacerse entender!!!!!!!
Nuestro primer destino era Huaihua, así que nos fuimos directos a la estación de bus de Fenghuang, donde enseguida encontramos el bus que nos llevaría hasta allí. El trayecto en bus (38¥) dura unas tres horas, pero nosotros tardamos dos horas y cuarto, ya que topamos con un conductor que sin duda en estos momentos debería de estar cumpliendo condena por intento de homicidio. En una carretera de montaña más que estrecha, donde la recta más larga no tenía más de 50 metros, no sólo adelantaba a motos y turismos, sino a cualquiera que se le pusiese por delante, incluido camiones y autocares. Con decir que hasta los propios chinos que viajaban con nosotros, que se supone que están acostumbrados a la manera de conducir en China, suspiraban cada vez que hacía alguna maniobra de adelantamiento. Después de un viaje más que entretenido, llegamos a lo que suponíamos que debía ser Huiahua. Nada más entrar en la ciudad, el conductor para el autobús, y tras decir unas palabras en chino, lo cual nosotros evidentemente no entendimos, nos hace bajar. Tras no saber donde estábamos realmente, una chica y su novio que viajaban con nosotros nos preguntan que hacia donde íbamos, y al enseñarle mi libreta y el mensaje “necesitamos comprar dos billetes de tren de Huiahua a Tongdao”, le digo que queremos ir a la estación de tren de Huiahua. A partir de aquí, realmente no sé muy bien que pasó porque todo fue muy deprisa, pero por un momento me sentía protagonista de Pekín Express. La chica comienza a decirme que en tren no, que en coche es más rápido. “¿Coche?, coche no, tren. Queremos ir en tren a Tongdao” a lo que la chica vuelve a insistir en que en coche es más rápido. Como la comunicación empezaba a ser bastante complicada, la chica saca su móvil y en un traductor chino-inglés me escribe la frase, “car will be faster” (en coche será más rápido). A mi pregunta, “¿Coche?, coche no, tren”, vuelve a insistir en el mensaje, a lo que acto seguido, para un taxi y tras abrir sus puertas y maletero, nos dice que subamos a él. Yo no entendía nada, y volvía a insistir, “tren, queremos ir a Tongdao en tren” a lo que la chica volvía a escribir en su móvil, “car will be faster”. Sin darnos cuenta, de repente nos vimos montados en el taxi junto a la chica y su novio, en medio de una conversación que no avanzaba, y por más que le repetía “estación de tren, queremos ir a Tongdao”, la única contestación que obtenía era “car will be faster”. “Rápido, rápido a dónde, yo quiero ir a Tongado”, no entendía nada, así que tras dejar nuestro destino en manos de una chica y su novio que iba dando instrucciones al taxista, de repente nos para en una plaza grande y el novio nos señala unas escaleras para subir. Una vez parados, nos dice que bajemos, y tras volver a señalar las escaleras, nos damos cuenta que era la estación de tren!!!! “¿Train station? Yes, train station”. Nos habían llevado en taxi hasta la puerta de la estación de tren!!!! No podía creerlo!!!!! Después de darles mil veces las gracias (nunca dejaré de agradecer toda la ayuda que nos ofrecieron durante todo el viaje), nos despedimos de la pareja, ya que ellos continuaban su marcha con el mismo taxi, y nos fuimos directos a las taquillas de la estación a comprar los billetes de tren. Nuestro tren Huiahua-Tongdao (21¥) no salía hasta las 21:23 h, así que dejamos las mochilas en la consigna de al lado de la estación (10¥ por mochila) y aprovechamos para ir a cambiar moneda al Bank of China que había en frente de la estación. Después de comer algo por la zona, nos fuimos a visitar los alrededores de la estación, aunque no había mucho que ver, tiendas y más tiendas, nada especial. A las 21:23 h, nuestro tren salió puntual. Nuestro último viaje en tren duraba dos horas y media, y aunque el trayecto era corto, el viaje se me hizo eterno, que incómodo es viajar en los trenes chinos!!! Mucha gente viaja de pie, esperando que algún sitio quede libre para poder sentarse, y muchos de ellos se sientan en los asientos, así que es frecuente encontrar gente sentada en tu asiento, aunque con enseñar el billete no hay problema. El viaje en tren de por sí ya es toda una experiencia, con infinidad de gente paseando de vagón en vagón, fumando, vendiendo todo tipo de comida y artilugios inútiles, gente comiendo todo tipo de comida preparada….se podría decir que el tren en sí es un micro mundo paralelo. A las 23:59 h, llegamos a Tongdao. Ni que decir tiene que éramos los únicos occidentales del tren, y por supuesto los únicos en Tongdao. Nada más bajar, la primera frase que me vino a la cabeza fue….”¿Donde coño estamos?”. Una montaña enorme de boñiga de vaca nos daba la bienvenida, mientras la gente corría para ponerse delante nuestro para ver a los occidentales. La estación en sí no existía, ya que nada más bajarte del tren, te encontrabas andando por las vías dirección a la salida de esta, mientras unas casas que parecían de adobe, te hacían sentirte protagonista de cualquier película de los años sesenta. Nada más salir de la estación, montones de personas esperaban al resto de pasajeros del tren, mientras conductores de furgonetas gritaban el nombre de sus trayectos, esperando llenarse para marchar cada uno a su respectivo destino. Una vez conseguimos salir de todo el follón, nos fuimos a buscar alojamiento, ya que aunque alguno de los conductores nos habían ofrecido llevarnos a Sanjiang, nuestro siguiente punto de paso, no me fiaba de ellos, ya que en mis notas tenía que los buses solo salían por la mañana. No nos costó mucho encontrar alojamiento, ya que una señora salió en busca nuestra, y tras enseñarnos la habitación, decidimos no buscar más, ya que nos pareció que estaba bastante bien por su precio (60¥). Intentamos preguntar a la dueña del hotel los horarios hacia Sanjiang, y después de estar más de 25 minutos de reloj preguntando donde salía el bus hacia Sanjiang y sus horarios, finalmente conseguimos entender que los buses salían un poco más abajo de la estación de tren, de 8:00 a 9:00 h. Que difícil es hacerse entender!!!!!!!
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