Hoy era nuestro primer día en la Garden Route , y como primera
visita teníamos uno de los platos fuertes de la zona, el Parque Nacional de
Tsitsikamma, y más concretamente teníamos pensado visitar Storms River Mouth. Tsitsikamma
significa “lugar de abundante agua”, y comprende una franja de terreno de 80 km que delimita al norte
con las montañas de Tsitsikamma y al sur con el Océano Índico. En él podemos
encontrar profundas gargantas que forman los ríos en su desembocadura al mar, y
además es famoso por varios trekkings de diferentes niveles que podemos
realizar en él.
Nosotros teníamos pensado
realizar un par de trekkings, los famosos puentes colgantes (Suspension Bridge)
y su famosa cascada (Waterfall Trail). El primero de ellos, Suspension Bridge,
se trata de unos puentes colgantes que están suspendidos en la desembocadura
del río Storms en el Océano Índico.
Más que trekking yo lo llamaría paseo, ya
que la distancia del parking hasta los puentes es de 1 km , siendo un bonito paseo
al alcance de cualquier persona. Una vez se visitan los puentes, se puede subir
a la montaña que queda al otro lado del río, desde la cual se obtienen unas
bonitas vistas de la zona. Nuestra segunda visita del día sería Waterfall
Trail, y esto sí que ya lo considero un trekking en toda regla, ya que aunque
la distancia no es larga, 6’5 kilómetros según cartel, el camino transcurre
entre las rocas, lo cual ralentiza bastante la marcha y hace que uno tenga que
estar bien atento donde pone los pies.
Además de estos dos trekkings, en
la zona podemos encontrar varios más muy populares, entre los que destacan The
Dolphin Trail (17 km )
y el Otter Trail (42’5 km), este último
quizás el más famoso de la zona. Se trata de un trekking que se realiza en varios
días y que está del todo preparado, ya que el propio parque nacional facilita
todo tipo de necesidades que uno pueda necesitar si está interesado en
realizarlo (si alguien está interesado, puede encontrar más información
pinchando aquí).
Teníamos pensado pasar todo el
día en Storms River Mouth, así que después de desayunar en nuestro backpacker,
nos pusimos en marcha hacia el parque, y en diez minutos llegamos a su entrada.
Tras pagar la entrada (55 Zar por persona, mapa incluido), nos fuimos directamente
al parking más alejado del parque desde donde salía el camino hacia The Mouth
Trail (los puentes colgantes). En la zona del parking encontramos una oficina
de información, así que fuimos a preguntar por los trekkings que teníamos
pensados y nos recomendaron empezar por los puentes y dejar para después el
Waterfall Trail. Dicho y hecho, salimos de la oficina y tras coger nuestras
mochilas, nos pusimos en marcha hacia los puentes colgantes. Simplemente con lo
poco que habíamos visto hasta ahora ya se dejaba entrever que la zona era una
auténtica maravilla, ya que desde el mismo parking se podía ver los enormes
acantilados y parte de la boca del río desembocando en el océano, mientras las
olas rompían con fuerza en su orilla, dando al lugar un aire salvaje que
empezaba a dejarme sin palabras.
Tras enfilar las pasarelas de
madera que encontramos en el parking, nos adentramos en un pequeño bosque, el
cual tras un kilómetro, nos llevó directamente a las primeras vistas de los
puentes. Ante nosotros teníamos unas vistas privilegiadas del río Storms
desembocando en el océano y de nuevo la belleza del lugar me volvía a dejar sin
palabras. Aún teniendo marea baja, la fuerza del mar se dejaba ver en forma de
olas rompiendo contra las enormes rocas afiladas como agujas. Bajamos hacia los
puentes y nos encaminamos hacia el puente que cruza el río. En realidad solo
hay dos puentes, pero no cabe duda que el lugar es impresionante.
Lo cruzamos y
nos fuimos directamente hacia la montaña de enfrente, la cual se puede subir
por un camino algo escondido que se encuentra a la izquierda de la pequeña
playa que encontramos justo pasar el puente. Tras unos quince minutos de
subida, de nuevo nos encontrábamos ante unas vistas impresionantes de la zona.
Llegamos a un mirador de madera desde el cual teníamos unas vistas
privilegiadas del Océano Índico y parte del Parque Nacional de Tsitsikamma.
Este es un buen punto para divisar ballenas y delfines, aunque nosotros no
tuvimos suerte.
Tras un buen rato deleitándonos con las vistas, decidimos
regresar hacia el parking, esta vez recorriendo los dos puentes, donde un grupo
de nutrias (la zona está llena de ellas) vigilaban expectantes todos nuestros
movimientos.
Una vez llegamos al parking, nos
fuimos directos hacia nuestro siguiente destino, Waterfall Trail. Buscamos el
parking de Oceanettes, y una vez allí, dejamos aparcado nuestro coche y nos
pusimos en marcha. Antes de empezar el camino, encontramos una señal que
recomendaba no empezar el camino más tarde de las 15:00 h y avisaba de que no
era un camino fácil. No teníamos problema por la hora, ya que era temprano, así
que empezamos la ruta adentrándonos en un pequeño bosque, mientras a nuestra
izquierda teníamos el océano rompiendo con fuerza en las rocas.
Una vez pasamos
el tramo de bosque, bajamos hacia las rocas y empezamos a caminar entre ellas.
El camino está en todo momento marcado por unas huellas amarillas que hacen muy
fácil seguirlo. La verdad que caminar entre las rocas con las olas rompiendo
con tanta fuerza en ellas hace del camino una ruta muy atractiva, pero hay que
tener mucho cuidado en él, ya que es fácil pisar mal y hacerse daño.
Aunque no
sea una distancia muy larga, el tener que estar tan pendiente de donde se pisa
hace perder bastante tiempo, así que llegar hasta la cascada nos llevó hora y
media más o menos. Aún siendo un camino entre rocas, sin prisa y con cuidado es
un camino que puede hacer cualquier persona sin ningún problema. El lugar es
muy agradable, y tras cuantas fotos a la cascada, decidimos comer allí sentados
en las rocas con un telón de fondo inmejorable.
A nuestra espalda, una bonita
cascada que desembocaba en pleno Océano Índico, enfrente, olas rompiendo con
fuerza entre afiladas rocas que nos protegían y a la vez nos permitían
disfrutar del espectáculo. ¿Alguien puede imaginar un restaurante mejor?
Tras un buen rato disfrutando del
lugar, nos pusimos en marcha por el mismo sitio que habíamos vuelto, pero más o
menos a la mitad del camino, nos encontramos con un camino que salía a nuestra
izquierda y que se adentraba en la montaña, así que decidimos seguirlo, ya que
estábamos cansados de tanta piedra.
El camino transcurría por un agradable
bosque, y tras una corta pero fuerte subida, llegamos a la puerta de entrada
del parque, así que una vez arriba, seguimos la carretera hasta nuestro
parking.
Durante todo el día en
Tsitsikamma no había dejado de mirar el mar en busca de ballenas y delfines, ya
que en la zona es fácil divisarlos, pero la suerte no nos había acompañado. Ya
de vuelta al coche y resignado que me iba a marchar del parque sin poder ver
nada, me dio por mirar por enésima vez hacia el mar, y de repente vi un chorro
de agua salir con fuerza de él. No podía creer lo que estaba pasando, era una
ballena!!!!! Tras estar un buen rato viendo como iba saliendo de vez en cuando,
nos dimos cuenta que no era una, sino que eran varias….estábamos de
suerte!!!!
Pero sin duda lo mejor estaba por
llegar, ya que mientras observábamos como jugaban dejando ver sus aletas y
parte de su lomo, de repente una ola bastante grande empezó a romper, creando
un tubo de un azul turquesa en el que se podía ver perfectamente la silueta de
varios delfines jugando en ella. Una imagen que no podré olvidar.
Estuvimos un buen rato
disfrutando de ellos, ya que aunque estaban lejos, se podían ver a simple vista
perfectamente, hasta que finalmente nuestros amigos decidieron seguir su camino
mar adentro.
Tras un día inolvidable en Storms
River Mouth, no podía marcharme del lugar sin dar un último vistazo a los
puentes colgantes, así que tras el espectáculo de las ballenas y los delfines,
nos fuimos de nuevo al parking de The Mouth Trail, y tras dejar el coche
aparcado, nos fuimos de nuevo por las pasarelas de madera hacia los puentes.
A
estas horas del día, la marea había subido mucho y las olas rompían aún con más
fuerza sobre las rocas, llegando a superar la altura de los puentes en varios metros. De nuevo teníamos ante
nosotros una imagen inolvidable. Tras volver a hacer un montón de fotos, dábamos por concluido nuestro día en el parque. Me marchaba de Storms River Mouth con la sensación de ser del todo imposible mejorar un lugar como aquel, pero por suerte Sudáfrica aún guardaba algunos rincones que me hicieron volver a pensar esto mismo varias veces.
Mientras regresábamos
hacia nuestro backpacker, de nuevo Sudáfrica nos regalaba una puesta de sol de
ensueño......Imposible olvidar esos cielos.
muy buenas fotos
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