El día de hoy lo íbamos a dedicar
íntegramente a visitar Ciudad del Cabo. Salimos temprano de nuestro hostel y
nos fuimos directamente a Long Street, una de las calles más famosas de la
ciudad. Se trata de una calle con edificios en su mayoría coloniales donde
muchos de ellos son backpackers y donde se encuentran muchos bares de copas y
restaurantes, se podría decir que es el corazón de Ciudad del Cabo, al menos
para el turista.
Como era demasiado temprano y la zona estaba algo apagada,
decidimos ir a dar una vuelta por las calles de alrededor. Lo primero que me
llamó la atención fue la cantidad de gente que había pidiendo dinero por la
calle, alguno incluso en una forma algo violenta (tuve que quitarle la mano del
pecho a un chaval joven que vino a pedirme dinero de manera algo brusca). Unas
chicas de Ciudad del Cabo que conocimos durante el viaje ya nos habían avisado
que debíamos tener mucho cuidado el tiempo que estuviésemos en la ciudad, cosa
que uno se percata nada más llegar a ella, aunque con la precaución necesaria
uno puede pasear por la ciudad tranquilamente durante el día (por la noche ya
es otra historia).
Estuvimos paseando por unos puestos de venta ambulante cerca
de la estación de autobuses, hasta que llegamos a Green Market Square, una de
las zonas más concurridas por turistas gracias a su famoso mercadillo.
Buen
sitio si se quiere comprar souvenirs de todo tipo donde el regateo es una
obligación. Después de un paseo por la zona nos fuimos decidimos irnos hacia
Company’s Gardens, un agradable parque donde uno puede pasear tranquilamente.
Recorrimos los jardines (no son muy grandes) y tras su visita decidimos irnos
hacia Long Street, ya que prácticamente era mediodía y seguramente la calle se
encontrase con más vida que a primera hora del día.
Efectivamente, nada más llegar a
Long Street la calle se había llenado de gente, en su mayoría gente joven, los
bares y restaurantes estaban a pleno rendimiento y el lugar había recuperado su
ritmo. La zona está bien, tiene bastante vida y varias tiendas y bares muy
“cool”, pero quizás me esperaba algo más. Estuvimos paseando y nos encontramos
con “Mama Africa”, un restaurante muy recomendado por los foros, así que
aprovechamos para reservar mesa para la noche (imprescindible reservar).
Después de recorrer Long Street
decidimos marcharnos hacia Lion’s Head para subir a la cima. El camino empieza
en la misma carretera que lleva hasta Signal Hill. Justo antes de llegar a esta
se encuentra un pequeño parking improvisado a mano derecha en el cual dejamos
aparcado nuestro coche y nos pusimos en marcha hacia la cumbre. El camino es
bastante sencillo, aunque la parte final hay que escalar algún que otro tramo
por las rocas, pero que no tiene mayor dificultad.
La subida nos llevó una hora y
las vistas desde la cima de nuevo me dejaron impresionado. Teníamos ante
nosotros una vista panorámica de 360 grados de toda la ciudad con Table
Mountain, Camps Bay, Los Doce Apostoles, Robben Island y Signal Hill.
A estas alturas ya me había dado
cuenta de algo bastante curioso, Ciudad del Cabo me gustaba mucho más vista
desde fuera (Table Mountain, Signal Hill, Lion’s Head) que vista desde dentro.
Estuvimos un buen rato en la cumbre disfrutando de las vistas, era imposible no sucumbir ante aquellas vistas privilegiadas que teníamos ante nosotros. Cuando decidimos emprender el viaje de regreso, varios parapentes que
se encontraban por la zona nos acompañaron hasta prácticamente el final de nuestro camino, regalándonos imágenes de postal.
Para terminar la tarde decidimos
irnos hacia Camps Bay, lugar desde donde se obtienen las mejores vistas de Los
Doce Apóstoles, y si encima se hace coincidir con la puesta de sol, el éxito
parecía asegurado.
Antes de ir hacia Camps Bay no
estaba muy convencido de su visita, pero como íbamos bien de tiempo decidimos
pasarnos a visitarlo y la verdad que nada más llegar a su playa enseguida me
enamoré de aquel lugar.
Nada más llegar a Camps Bay uno se da cuenta que el
nivel de vida de esta parte de la ciudad es muy alto, con enormes casas a los
pies de la montaña con vistas al mar, coches de lujo y bares y restaurantes
sofisticados, pero obviando esta parte, el lugar se encuentra en un entorno
privilegiado. Con los doce apóstoles como testigos de lujo, desde su playa se
puede ver una puesta de sol inolvidable, dando a la montaña un color especial a
esta hora del día.
Estuvimos paseando por su playa hasta que llegamos a unas
rocas que se adentraban en el mar, donde nos sentamos a disfrutar del
espectáculo que el lugar nos ofrecía a esta hora de la tarde.
Después de la
puesta de sol nos fuimos directos a nuestro hostel, donde tras dejar nuestras
mochilas decidimos coger un taxi (recomendación expresa del hostel) para que
nos llevara de nuevo a Long Street para ir a cenar a Mama Africa.
Una vez llegamos al restaurante,
nada más entrar el ambiente ya me gustó mucho. Aún teniendo en cuenta que el
restaurante entero estaba lleno de turistas, había un ambiente muy agradable,
con música en directo de un grupo que interpretaba canciones conocidas con
ritmos africanos (inolvidable el “No woman no cry” de Bob Marley con todo el
restaurante coreando el estribillo).
Si el ambiente era genial, que decir de la
comida!! Pedimos avestruz y kudu, una carne parecida a la de ciervo. Si la
carne de avestruz estaba exquisita, la de kudu era algo sublime (obligado
pedirlo si se va a comer a Mama Africa). Entre cerveza y cerveza pasamos una
noche perfecta, cantando y bebiendo, charlando con un compañero de hostel
israelí que nos había acompañado durante todo el día y que se había apuntado
también a la cena. Un lugar imprescindible si se visita Ciudad del Cabo.
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