miércoles, 30 de octubre de 2013

Día 19 – Ciudad del Cabo

El día de hoy lo íbamos a dedicar íntegramente a visitar Ciudad del Cabo. Salimos temprano de nuestro hostel y nos fuimos directamente a Long Street, una de las calles más famosas de la ciudad. Se trata de una calle con edificios en su mayoría coloniales donde muchos de ellos son backpackers y donde se encuentran muchos bares de copas y restaurantes, se podría decir que es el corazón de Ciudad del Cabo, al menos para el turista. 


Como era demasiado temprano y la zona estaba algo apagada, decidimos ir a dar una vuelta por las calles de alrededor. Lo primero que me llamó la atención fue la cantidad de gente que había pidiendo dinero por la calle, alguno incluso en una forma algo violenta (tuve que quitarle la mano del pecho a un chaval joven que vino a pedirme dinero de manera algo brusca). Unas chicas de Ciudad del Cabo que conocimos durante el viaje ya nos habían avisado que debíamos tener mucho cuidado el tiempo que estuviésemos en la ciudad, cosa que uno se percata nada más llegar a ella, aunque con la precaución necesaria uno puede pasear por la ciudad tranquilamente durante el día (por la noche ya es otra historia). 


Estuvimos paseando por unos puestos de venta ambulante cerca de la estación de autobuses, hasta que llegamos a Green Market Square, una de las zonas más concurridas por turistas gracias a su famoso mercadillo. 



Buen sitio si se quiere comprar souvenirs de todo tipo donde el regateo es una obligación. Después de un paseo por la zona nos fuimos decidimos irnos hacia Company’s Gardens, un agradable parque donde uno puede pasear tranquilamente. 



Recorrimos los jardines (no son muy grandes) y tras su visita decidimos irnos hacia Long Street, ya que prácticamente era mediodía y seguramente la calle se encontrase con más vida que a primera hora del día.
Efectivamente, nada más llegar a Long Street la calle se había llenado de gente, en su mayoría gente joven, los bares y restaurantes estaban a pleno rendimiento y el lugar había recuperado su ritmo. La zona está bien, tiene bastante vida y varias tiendas y bares muy “cool”, pero quizás me esperaba algo más. Estuvimos paseando y nos encontramos con “Mama Africa”, un restaurante muy recomendado por los foros, así que aprovechamos para reservar mesa para la noche (imprescindible reservar).


Después de recorrer Long Street decidimos marcharnos hacia Lion’s Head para subir a la cima. El camino empieza en la misma carretera que lleva hasta Signal Hill. Justo antes de llegar a esta se encuentra un pequeño parking improvisado a mano derecha en el cual dejamos aparcado nuestro coche y nos pusimos en marcha hacia la cumbre. El camino es bastante sencillo, aunque la parte final hay que escalar algún que otro tramo por las rocas, pero que no tiene mayor dificultad.



La subida nos llevó una hora y las vistas desde la cima de nuevo me dejaron impresionado. Teníamos ante nosotros una vista panorámica de 360 grados de toda la ciudad con Table Mountain, Camps Bay, Los Doce Apostoles, Robben Island y Signal Hill. 



A estas alturas ya me había dado cuenta de algo bastante curioso, Ciudad del Cabo me gustaba mucho más vista desde fuera (Table Mountain, Signal Hill, Lion’s Head) que vista desde dentro. Estuvimos un buen rato en la cumbre disfrutando de las vistas, era imposible no sucumbir ante aquellas vistas privilegiadas que teníamos ante nosotros. Cuando decidimos emprender el viaje de regreso, varios parapentes que se encontraban por la zona nos acompañaron hasta prácticamente el final de nuestro camino, regalándonos imágenes de postal.



Para terminar la tarde decidimos irnos hacia Camps Bay, lugar desde donde se obtienen las mejores vistas de Los Doce Apóstoles, y si encima se hace coincidir con la puesta de sol, el éxito parecía asegurado.


Antes de ir hacia Camps Bay no estaba muy convencido de su visita, pero como íbamos bien de tiempo decidimos pasarnos a visitarlo y la verdad que nada más llegar a su playa enseguida me enamoré de aquel lugar. 


Nada más llegar a Camps Bay uno se da cuenta que el nivel de vida de esta parte de la ciudad es muy alto, con enormes casas a los pies de la montaña con vistas al mar, coches de lujo y bares y restaurantes sofisticados, pero obviando esta parte, el lugar se encuentra en un entorno privilegiado. Con los doce apóstoles como testigos de lujo, desde su playa se puede ver una puesta de sol inolvidable, dando a la montaña un color especial a esta hora del día. 



Estuvimos paseando por su playa hasta que llegamos a unas rocas que se adentraban en el mar, donde nos sentamos a disfrutar del espectáculo que el lugar nos ofrecía a esta hora de la tarde. 


Después de la puesta de sol nos fuimos directos a nuestro hostel, donde tras dejar nuestras mochilas decidimos coger un taxi (recomendación expresa del hostel) para que nos llevara de nuevo a Long Street para ir a cenar a Mama Africa.
Una vez llegamos al restaurante, nada más entrar el ambiente ya me gustó mucho. Aún teniendo en cuenta que el restaurante entero estaba lleno de turistas, había un ambiente muy agradable, con música en directo de un grupo que interpretaba canciones conocidas con ritmos africanos (inolvidable el “No woman no cry” de Bob Marley con todo el restaurante coreando el estribillo). 


Si el ambiente era genial, que decir de la comida!! Pedimos avestruz y kudu, una carne parecida a la de ciervo. Si la carne de avestruz estaba exquisita, la de kudu era algo sublime (obligado pedirlo si se va a comer a Mama Africa). Entre cerveza y cerveza pasamos una noche perfecta, cantando y bebiendo, charlando con un compañero de hostel israelí que nos había acompañado durante todo el día y que se había apuntado también a la cena. Un lugar imprescindible si se visita Ciudad del Cabo.

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