Hoy era nuestro segundo y último
día que íbamos a dedicar íntegramente a visitar la ciudad. Nuestra primera
visita del día iba a ser Robben Island, isla que se encuentra a 12 kilómetros de
Ciudad del Cabo y la cual es conocida principalmente por albergar una prisión
donde fueron encerrados la mayoría de políticos opositores al régimen del
apartheid, entre ellos Nelson Mandela, quien estuvo encerrado en Robben Island
dieciocho de los veintisiete años que pasó en prisión. Por suerte, hoy en día
la isla está en desuso y se ha convertido en un museo que explica la lucha y
supervivencia de aquellos que lucharon en contra del apartheid.
Habíamos reservado las entradas
por Internet varias semanas atrás, ya que la visita a la isla funciona a través
de horas concertadas y suelen agotarse con bastante tiempo de antelación, pero
la verdad que cuando fuimos nosotros aún se vendían entradas para nuestra hora
en taquilla (imagino que en temporada alta será otra historia). Teníamos hora a
las 9:00 h, así que después de desayunar nos fuimos paseando tranquilamente
dirección Waterfront, uno de los lugares más populares de la ciudad y el lugar
desde donde salen los ferrys hacia Robben Island. Llegamos temprano, ya que
nuestro backpacker estaba a menos de quince minutos del Waterfront, así que nos
fuimos directos hacia las taquillas y estuvimos esperando nuestra hora de
embarque. A las 9:05 h salíamos dirección Robben Island y tras mi experiencia
de unos días atrás con el kayak, decidí tomar un par de biodraminas, ya que no
me fiaba mucho de mí mismo (sabia decisión, ya que el barco una vez sale del
puerto se mueve muchísimo). En unos veinte minutos llegábamos a la isla, donde
nada más bajar, varios guías te van guiando hacia varios autobuses que están aparcados
en la puerta de entrada a la prisión.
Una vez subidos en los buses, el guía
hace una pequeña introducción sobre la historia de Robben Island desde sus
comienzos hasta el día de hoy. La primera parte de la visita se hace siempre subido
en el autocar, el cual va parando en diferentes lugares que el guía va
explicando y en algunos de ellos se baja para visitar durante cinco o diez
minutos. En esta parte de la visita se visita entre otros lugares la cantera de
piedra donde los presos realizaban trabajos forzados, picando piedras y
desmenuzándolas. Además la visita hace hincapié en el recinto donde Robert
Sobukwe, uno de los máximos opositores al régimen del apartheid fue encerrado
en solitario, un lugar que no deja indiferente a nadie.
Tras visitar las zonas
exteriores de la isla, el tour finaliza en la entrada de la prisión de máxima
seguridad, donde un ex-preso político se hace cargo del grupo y tras una
primera charla de bienvenida, te guía a través del módulo de máxima seguridad. En
este caso no tuvimos mucha suerte, ya que nos tocó un guía que para mí fue
prácticamente imposible entender nada de lo que decía. Primeramente te lleva a
una de las salas de la cárcel y allí te da una charla sobre como era el día a
día de los presos, las normas que tenían que cumplir a raja tabla, horarios,
comidas…pero entre su acento el cual era incapaz de entender, sumado a la
acústica de la sala hicieron que no me entera prácticamente de nada.
Una vez
acabada la charla, te va guiando por diferentes partes de la cárcel hasta que
se entra en el módulo de máxima seguridad, donde se encuentra la celda de
Mandela.
Tras una breve visita de esta parte de la prisión, el tour se concluye
con una emotiva despedida por parte del guía, dando las gracias a todos por visitar
el lugar.
La visita me gustó mucho, ya que nada más poner los pies en la isla
uno es consciente de estar visitando un trocito de historia. Una visita que no
dejará indiferente a nadie.
Tras acabar el tour, enseguida regresamos a Ciudad
del Cabo, llevándonos unas tres horas y media en total la visita a Robben
Island.
Como el ferry te deja en el
puerto de Waterfront, aprovechamos para visitarlo. Se trata de la zona más
turística de Ciudad del Cabo donde se encuentran los hoteles más caros de la
ciudad, montones de restaurantes, tiendas, se podría decir que es una ciudad
dentro de Ciudad del Cabo. La verdad que el ambiente de Waterfront es muy
agradable.
Mientras se pasea por él, uno se va encontrado con montones de
artistas y músicos callejeros que alegran sus calles.
Montones de cafés,
tiendas de souvenirs, pequeños mercados artesanales, un lugar agradable para
pasear y en el que se pueden encontrar montones de actividades para los más
pequeños, y como no, unas bonitas vistas sobre Table Mountain.
Aprovechamos
para comer por la zona en uno de sus muchos restaurantes. Tras reponer fuerzas
decidimos seguir las recomendaciones que nos habían dado en nuestro backpacker
y salir nuevamente de la ciudad para visitar la playa de Bloubergstrand, desde
la cual se obtienen una de las más conocidas vistas de Ciudad del Cabo. Para
llegar hasta Bloubergstrand necesitábamos tomar la N 1 y enlazar con la R 27, carretera que tras unos veinte kilómetros
nos enlazaba con la M 14,
carretera que nos llevaba hasta nuestro destino. Nos costó un poco salir de la
ciudad, ya que cogimos algo de retención, pero en poco más de media hora
llegábamos hasta la playa de Bloubergstrand.
Su playa no es muy recomendada
para bañarse debido al fuerte oleaje que suele haber, pero por el contrario es
una zona muy recomendada si se quiere practicar surf o kitesurf, y sin duda,
las vistas de Ciudad del Cabo desde su orilla son simplemente impresionantes.
Tras
un paseo por su orilla decidimos quedarnos a ver la puesta de sol desde aquí,
pero unas nubes que aparecieron en menos de media hora arruinaron nuestros
planes. Decidimos coger el coche y darnos una vuelta por la zona, hasta que sin
saber muy bien como, llegamos a una zona alejada de la playa desde donde
finalmente pudimos disfrutar de una puesta de sol que nuevamente volvía a
dejarme sin palabras y que me servía para empezar a despedirme de la ciudad y
del país, ya que el tiempo se nos acababa.
Todavía quedaba uno de los platos
fuertes del viaje, la visita a la península del Cabo. Llevábamos tres semanas
recorriendo el país y estábamos a escasas horas de visitar uno de los lugares
más emblemáticos de Sudáfrica, el Cabo de Buena Esperanza, así que muchas
emociones se mezclaban mientras disfrutaba de la última puesta de sol en Ciudad
del Cabo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario